viernes, 31 de marzo de 2017

Macri dio el zarpazo y se quedó con el juzgado que controla las elecciones en la Provincia


Juan Manuel Culotta subrogará la competencia electoral del Juzgado Federal Nº1, vacante desde el fallecimiento de Manuel Blanco. Lo definió el Consejo de la Magistratura. Así, el Gobierno coloca a un juez “propio” –señalado como un Newmann boy- en un lugar estratégico.

Mauricio Macri se dió el gusto de tener el control sobre el estratégico juzgado Federal 1 de La Plata, o al menos sobre su competencia electoral, tras la designación de Juan Manuel Culotta, el titular del Juzgado federal 3 de Tres de Febrero, por parte del Consejo de la Magistratura como subrogante.

Se trata en rigor de la concreción del plan B del Gobierno, que intentó primero conseguir el traslado de Culotta. La maniobra, una vez advertida por la oposición, fue tachada de ilegal por distintos motivos –Culotta no tenía la competencia necesaria y ya había un concurso iniciado-, por lo cual se deberá conformar con un “interinato” que, curiosamente, abarca todo el período electoral.

La designación se votó en la sede del Consejo de la Magistratura en la Capital Federal y reunió ocho votos a favor, cuatro en contra y una abstención. El diputado nacional del Frente para la Victoria, Rodolfo Tailhade, que integra el Consejo de la Magistratura, dialogó con medios y volvió a cuestionar la designación de Culotta. En primer lugar, el diputado de La Cámpora argumentó su postura sobre la jugada del Gobierno nacional y señaló que, durante el plenario del cuerpo, el oficialismo presentó "argumentos muy escuetos, con bastante vergüenza de estar votando esa designación".
Además, el diputado relató los argumentos que dieron desde la oposición, criticando la designación hasta desde un lugar "operativo". Explicó que, al ser Titular del Juzgado Federal Nº3 en Tres de Febrero, Culotta no podría tener la "dedicación exclusiva" que su nuevo cargo requiere en durante un año electoral, y que, confirmado por la propia Cámara Federal de San Martín, el trabajo de Culotta en Tres de Febrero se vería "resentido". 
El plan se puso en marcha el 14 de diciembre del año pasado, cuando de manera “espontánea”, Culotta elevó una nota al Consejo de la Magistratura mostrando su interés en quedarse con el juzgado, cuya competencia, en una extraña decisión, el Consejo había dividido en dos: por un lado, la criminal y correccional, hacia Ernesto Kreplack, titular del juzgado 3, y, por el otro, la electoral, derivada a Servini de Cubría, de la Capital Federal.

¿Por qué el CM le “amputó” esa función? Se sospecha que por su pasado como funcionario del Ministerio de Justicia durante el gobierno de CFK. Como sea, la subrogancia de Servini de Cubría se extendió del 30 de noviembre hasta el 31 de marzo, pero se interrumpió a fin de año por la renuncia de la histórica magistrada porteña, que llegó a hablar de "aprietes" de parte del Gobierno.

En su carta al CM, Culotta dijo que el motivo de la petición es su interés “en un crecimiento profesional teniendo en cuenta que se trata de un juzgado con mayor jurisdicción territorial, donde tramitan causas complejas, en especial aquellas vinculadas con delitos de lesa humanidad”.

La declaración encierra un cinismo alarmante: Culotta fue denunciado en el Consejo de la Magistratura por Estela de Carlotto, que lo acusó, en su paso por la Sala I de la Cámara Federal de San Martín, de haber tergiversado pruebas y haber invocado hechos falsos durante el juicio contra el ex secretario del Ejército Eduardo Alfonso, en 2011, por delitos de lesa humanidad, con la intención de garantizar su impunidad.

Al respecto, Tailhade destacó que la designación de Culotta "no tiene nada que ver con lo que él mismo pidió", destacando que la designación sólo le atribuye la parte relacionada a cuestiones de justicia electoral, por lo que sus supuestas aspiraciones a moverse a un juzgado con mayor jurisdicción y a atender causas vinculadas con los derechos humanos, no estarían cumpliéndose.  

A pesar de las contradicciones, la petición de Culotta fue bien acogida dentro de la mayoría oficialista del Consejo de la Magistratura que, para guardar las formas, pidió a la Cámara Federal que diera su opinión. Por mayoría, ese cuerpo decidió no presentar objeciones aunque con un recaudo: los jueces marcaron que es competencia del Consejo velar por la legalidad del traslado.

Esa luz amarilla, sumada a la inminencia de un escándalo, decidieron al Gobierno de ir por el plan b, que, se concretó esta tarde, cuando la subrogancia pasó de La Plata a Tres de Febrero, y el control de una elección clave como la bonaerense, quedó en manos amigas.

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