miércoles, 29 de marzo de 2017

Otro giro de Ismael Passaglia, ahora jugaría para el equipo de Florencio Randazzo


El intendente de San Nicolás se juntó con el ex ministro en un evento social y se comprometió a trabajar con él en la campaña. También en la reunión se achicaron las distancias con Andrés Quinteros.
En el marco de un evento social hace quince días en un hotel céntrico de San Nicolás, se selló el acuerdo político más rebuscado de la segunda sección, alrededor de la mesa se juntaron Ismael Passaglia, Eduardo “Lalo” Di Rocco y Andrés Quinteros, después de inumerables desencuentros. Pero además, la mesa incluía un postre que a todos les gusta más por estos días: Florencio Randazzo. El ex ministro de Transportes se ubicó en la cabecera, tratando de limar asperezas y reproches entre dos dirigentes enfrentados e irreconcilables como el intendentes de San Nicolás y el diputado Quinteros.

El encuentro fue gestado por un lado por Di Rocco, quien se encargó de llevar a Quinteros casi de la oreja, y por el otro lado por Juan Manuel Ondarcu, sobrino y asesor financiero del jefe comunal nicoleño.

Ordarcu es quien está convenciendo a su tío (en contra de sus primos) de no dar el salto al vacío en Cambiemos, tema que desvela al veterano intendente, quien además le debe a Randazzo haberlo incluido en el Frente para la Victoria, lo que lo convirtió en intendente automáticamente. Quinteros, por su parte, le debe al chivilcoyano y a Di Rocco la diputación que lo sacó del peligroso enfrentamiento con Passaglia donde era un claro derrotado.

En el medio de un clima tenso, plagado de reproches mutuos, el intendente y el diputado se han cruzado de todas las maneras posibles en los últimos dos años, con ataques que incluyen despidos de familiares, denuncias cruzadas y hasta choques a golpes.

Ahora se volvieron a ver las caras con Florencio como anfitrión, un anfitrión que por momentos disfrutaba del grotesco rosario de reproches que Passaglia y Quinteros se intercambiaban como un matrimonio en una sesión de terapia de pareja.

Lo cierto es que Randazzo y Di Rocco lograron sentar a dos de sus puntales en la segunda sección electoral, y no les fue mal.

Se llevaron el compromiso de apoyo de un intendente que Cambiemos lo contaba de su lado. “Yo no traiciono, yo no me corro”, fue la frase tajante del escaso verbal Passaglia. Además, el intendente recibió el compromiso por parte de Quinteros de bajar las armas para aplacar el clima de hostilidad que género en la ciudad una batalla que recuerda a los antagonismos que supieron tener Di Rocco- Bancalari, o Carignani- Passaglia.

Así están las cosas por los pagos de María, enemigos íntimos unidos por el espanto en un territorio donde es a todo o nada. La tregua incluye una unidad frágil y negada, a pesar de tributar a un mismo espacio.


Comprometidos a la unidad, Passaglia y Quinteros saben que la guerra no terminó, velan armas y se preparan para una próxima batalla en el 2019 en la que ambos empezaron a trabajar desde ese encuentro. Pero por ahora, la incipiente candidatura de Randazzo los une, y el Flaco disfruta de que se archiven rispideces cuando él es el protagonista.

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